Este fin de semana ya hemos hemos acabado de embotellar la añada del 2020. Después de un laborioso proceso, hemos obtenido un vino blanco joven, de graduación alcohólica equilibrada y elegante, fresco y refrescante, muy aromático, afrutado y con una marcada mineralidad y salinidad, en definitiva, un vino mediterráneo.
La variedad de uva Sauvignon Blanc es de origen francés, pero se ha aclimatado perfectamente y actualmente se cultiva en varios países. El racimo es de un tamaño más bien pequeño, compacto y uniforme y con un pedúnculo muy pequeño donde los granos pueden llegar a deformarse debido a la presión que ejercen entre ellos.
Las cepas tienen bastante vigor y presentan un desborre tardío. Son sensibles a los vientos, pero, sobre todo, tienen propiedades diferentes dependiendo del lugar en el que se cultivan. La región y el clima influyen notablemente en las propiedades de las uvas producidas. Podemos decir que el Sauvignon Blanc es una variedad “reveladora de terruños”, de climas y de añadas, ya que ofrece una imágen clara de la zona que procede.
En Mas de Rander, los viñedos están situados a una altura de 160 metros sobre el nivel del mar, una distancia al mar de 4 km y con un suelo calcáreo pobre que se traduce en un bajo rendimiento, pero, por contrapartida, una gran calidad. Esto le confiere al vino unas características especiales. La acción del mar y de la brisa marina tienen la capacidad de templar las temperaturas de las costas, y modelar las uvas permitiendo que los vinos que se elaboran en estos escenarios destaquen por sus notas equilibradas y gustos autóctonos de la zona.
Como decíamos al principio, Blanc 2020, es un vino de graduación alcohólica equilibrada. Muy elegante, fresco y refrescante, aromático, afrutado y con una marcada mineralidad y salinidad. En definitiva, un vino esencialmente mediterráneo.
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